Una vivienda bioclimática significa hacer una elección ecosostenible, de rápida realización, de bajo impacto ambiental y de elevadas prestaciones en la reducción del consumo energético.
Las biocasas se presentan como una solución de vivienda de bajo consumo energético e impacto ambiental sin renunciar a la belleza estética de su estructura prefabricada.
Las biocasas, también conocida como vivienda bioclimática, está dotada de certificación energética gracias a los requisitos de explotación de los recursos renovables para la reducción de los consumos y la reducción de la factura. La biocasa está dotada de los mayores requisitos requeridos desde una perspectiva ecosostenible y de autosuficiencia energética de las viviendas para la reducción del consumo energético. También permite crear mayor nivel de aislamiento térmico y mejorar la explotación de las fuentes renovables mediante la instalación de sistemas solares o fotovoltaicos respecto a los que se pueden encontrar numerosas alternativas en un comparador tarifas.
En efecto, se trata de inmuebles a la vanguardia de la ecosostenibilidad que, habitualmente, tienen instalación fotovoltaica integrada, bomba de calor hidráulica y sistema de climatización por suelo radiante.
Además, estas viviendas se pueden personalizar según las exigencias de cada familia, adaptando el interior y las funcionalidades en cada detalle, combinando soluciones de decoración y elementos tradicionales, como techos de madera, grandes cristaleras para aprovechar la luz natural, chimeneas de leña, iluminación inteligente para crear diferentes ambientes y aprovechar bien los rincones para tener un espacio de lectura, estudio o despacho integrado en el hogar para disfrutar de un nuevo estilo de vida.
Características de una biovivienda
La biocasa se distingue de las viviendas tradicionales por su alto rendimiento energético y una volumetría compacta para reducir las dispersiones de energía, garantizando ambientes siempre luminosos gracias a la explotación de los recursos renovables, gracias también a la particular colocación de la vivienda.
Por ejemplo, en el lado norte de la casa, el más frío debido a la falta de sol, es el espacio destinado al garaje, y en el caso de que la vivienda se construya en terrenos montañosos, se inserta un hueco con la función de filtro, para reducir y limitar las pérdidas térmicas.
En el lado sur, en cambio, se construye el espacio de la terraza, que se puede cerrar en los meses más fríos para limitar las pérdidas de energía. De hecho, permite crear una especie de ventilación natural que garantiza un microclima con óptima calidad del aire en todas las estaciones.
Del mismo modo, en la biocasa, el suelo, las paredes y el techo están construidos para garantizar un alto rendimiento de aislamiento térmico.
Desde la pandemia, la demanda de viviendas ecológicas en lugares naturales ha aumentado, precisamente por el creciente interés en vivir fuera de los núcleos urbanos y las posibilidades que ofrece el trabajo a distancia que, en una biocasa, se puede hacer con vistas al mar o a las montañas. De esta forma se puede adaptar el estilo de vida a entornos más naturales, con amplios espacios y, sobre todo, con autonomía energética y menor impacto.
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