Sin duda vivimos un momento clave para la transformación energética y son muchos los países que buscan respuestas urgentes para solucionar sus problemas energéticos. Pero, ¿cómo hacerlo sin dañar el medio ambiente? A continuación, te contamos el escenario que se contempla, porque queremos hablarte sobre los posibles combustibles del futuro.
¿Cuáles son los combustibles del futuro?
La escasez de petróleo y la alta contaminación, más el compromiso con el medio ambiente, hacen necesaria la búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles. En los últimos años se ha especulado mucho sobre cuál será el combustible del futuro, para reducir las emisiones contaminantes y aumentar de paso las energías renovables.
El combustible del futuro no será ni la gasolina ni el gasóleo. El combustible del futuro será el hidrógeno y se está debatiendo si también entra en la ecuación el metano.
A lo largo del artículo encontrarás apartados dedicados a cada uno de ellos y sus características, pero queremos aprovechar esta oportunidad para recordarte que nuestro comparador puede ser utilizado tantas veces como sean necesarias. No pierdas la oportunidad de ahorrar por no comparar precios de las tarifas de gas que tienen las comercializadoras más potentes del sector.
Ventajas del hidrógeno como combustible
Existen tres tipos de hidrógeno (gris, azul y verde), aunque la versión más ecológica es el hidrógeno verde, ya que se obtiene a través de energías renovables. Algunas de las ventajas del hidrógeno son las siguientes:
- No emite ninguna clase de gas de efecto invernadero durante su combustión.
- Es limpio, renovable.
- Es incoloro e inoloro.
- Las recargas se hacen muy rápidamente.
- Se puede almacenar y los tanques son muy ligeros.
- Se puede producir a partir de una gran variedad de fuentes (energía eólica y solar).
- Puesto que es el elemento más abundante del universo, también se puede extraer del agua mediante electrólisis o a producir gas sintético por ponerlo en contacto con el dióxido de carbono.
- Descarbonización de la industria pesada y transporte libre de emisiones.
Claramente, el hidrógeno le ha plantado cara al petróleo y cuando hablamos de opciones para la movilidad, es la que más papeletas tiene de convertirse en la energía que va a mover el mundo y que va a permitir ahorrar tanto a negocios como a familias a largo plazo.
Aunque esto no quita que es rechazada a partes iguales que es admirada, porque cuenta con inconvenientes como la volatilidad, que es inflamable y requiere de una exigente y costosa manipulación. Asimismo y hablando de costes, se necesita una enorme inversión para adaptarlo, según está la economía actual. A pesar de todo, es el mejor candidato para esa transformación energética que mencionamos al principio.
En cuanto a la aplicación que se les da ya a día de hoy, ¿cuáles son los usos del hidrógeno? Actualmente, se utiliza en sectores de la industria muy variados. Por ejemplo, se emplea para el procesamiento de alimentos, en la fabricación de productos farmacéuticos, en la generación de electricidad, y en el refinado y producción de petroquímicas, entre otros.
Ventajas del metanol como combustible
El metanol es un alcohol simple que se puede utilizar para producir electricidad, de hecho, ya se emplea como combustible en coches de todo el mundo, pero su uso es algo más reciente. Puede incluso parecer extraño que se plantee la mera idea de utilizarlo, ya que es una sustancia que da lugar al dióxido de carbono y porque nace de los reactores industriales cuando se someten a altas presiones.
Sin embargo, a pesar de que el CO₂ es el principal responsable del calentamiento global, en los laboratorios se está estudiando cómo sintetizar este combustible y sacar partido del CO₂ que emerge de las plantas industriales. Vista esta pequeña explicación técnica, desde Tarífalo hemos seleccionado las siguientes ventajas del metanol:
- Combustión más limpia que la gasolina o el gasóleo.
- Menor contaminación y poco o nulo impacto medioambiental.
- Frente al hidrógeno, los costes son más baratos.
- No es tan arriesgado de manipular, por lo que cada vez son más los fabricantes que se animan a utilizarlo de manera conjunta con el hidrógeno.
Sin embargo, entre sus inconvenientes tenemos que el depósito termina con menos potencia frente a otros combustibles y es corrosivo, por lo que el motor podría terminar con todas sus piezas destrozadas con el paso del tiempo, si no se hace un tratamiento adecuado. Este es uno de los motivos por los que, de momento, se aplica más a los coches de carreras y vehículos donde el rendimiento, el repostaje rápido y fácil es crucial.
España como centro de la revolución energética
El objetivo de la Unión Europea es que, para el 2050, el 12% de la energía que se consuma debe proceder del hidrógeno verde y España juega un papel importante dentro de ese plan. Nuestro país podría convertirse en la potencia que diera suministro de la mitad de ese total, ya que hay argumentos suficientes que respaldan esta idea.
Gracias al terreno, el acceso hidráulico, el clima, y el sol y el viento a raudales, España es la potencia mejor posicionada para generar energía renovable. Seríamos el número uno tanto para la fabricación como para la comercialización de este combustible, aparte de que ayudaría a crear más de 200.000 puestos de trabajo.
Una buena noticia es que las grandes energéticas están a favor y apuestan por el hidrógeno verde, como Repsol, Endesa e Iberdrola. Además, con este combustible se podrían descarbonizar sectores complicados de electrificar, como el náutico, el aeronáutico y la industria pesada. Así, sería más sencillo cumplir con la misión de emisiones cero de CO2 para el 2050.
Mientras tanto… La mejor opción es la electricidad
Mientras esta tecnología se desarrolla, y hasta que no se perfeccione, dentro de la movilidad lo más eficiente son los coches eléctricos. Presentan ventajas tales como un bajo coste de carga, menos averías mecánicas, un mantenimiento casi inexistente, grandes facilidades en las ciudades y confort y beneficios fiscales.
No obstante, existen más vehículos con otros combustibles alternativos, entre ellos los coches híbridos, que combinan motores eléctricos y de gasolina o gasoil al igual que solo los eléctricos, pero en este caso no pueden funcionar los dos simultáneamente.
También encontramos los vehículos que funcionan con gas natural, aquellos que utilizan gases licuados del petróleo comprimido y los que mezclan combustibles fósiles con biodiésel o bioetanol.
Ahora ya sabes un poco más sobre los combustibles del futuro y si quieres seguir profundizando en el tema, te invitamos a visitar nuestro blog. Nos gusta estar al tanto de las tendencias del mercado y actualizamos el contenido semanalmente.
