Son varias las razones por las que mucha gente prefiere el sistema de inducción al de gas. El sistema de inducción es un tipo particular de cocina eléctrica compuesta por una placa de vitrocerámica bajo la cual se encuentran bobinas alimentadas por corriente alterna. A través del principio de inducción electromagnética es posible calentar a través de esta placa las ollas y sartenes que se utilizan para cocinar.
Las placas de inducción están experimentando una buena aceptación, especialmente en los últimos años, ya que ofrecen una serie de ventajas importantes, tanto en términos prácticos como de seguridad.
Gracias a su particular sistema de funcionamiento, de hecho, las placas de este tipo son capaces de generar calor de manera ‘localizada’, es decir, calientan solo el fondo de la olla, en lugar de hacer que toda la superficie de cocción esté caliente. Esto representa una ventaja apreciable desde el punto de vista de la seguridad, ya que reduce significativamente el riesgo de quemaduras mientras se cocina.
Además, los fogones de las placas de inducción se calientan muy rápidamente, por lo que, desde el punto de vista práctico, permiten llevar el agua a ebullición en menos tiempo y alcanzar la temperatura deseada para una cocción determinada de forma más rápida. En otras palabras, son más eficientes que las cocinas de gas, también porque, gracias a la distribución uniforme del calor, favorecen una cocción homogénea e impiden que los alimentos se adhieran al fondo de la olla durante las preparaciones.
Al reducir de forma notable los tiempos de funcionamiento, la placa de inducción también tiene otra ventaja: es más barato que el sistema de cocción tradicional. Al consumir menos tiempo, consume menos energía y, por lo tanto, sus costes son bajos. En términos generales, el gasto anual promedio es similar al que resulta del uso de cocinas de gas natural, mientras que en comparación con los sistemas que utilizan botellas de butano, los costes se reducen en casi la mitad.
A pesar de las muchas ventajas, la elección de un sistema de cocción por inducción no es fácil, ya que la oferta del mercado es amplia y variada. Hay muchos parámetros a tener en cuenta, desde la conectividad hasta el consumo, pasando por las funcionalidades. Por lo tanto, orientarse puede resultar complicado, sin tener en cuenta el presupuesto disponible. Si de momento no puedes comprar una cocina de inducción la mejor manera de reducir la factura es buscar en un comparador de tarifas gas alguna oferta que mejore la de tu actual compañía. Descubrelo en nuestra web de Tarífalo.com .
Por el contrario, si puedes permitirte cambiar tu cocina por una de inducción es bueno documentarse antes de manera exhaustiva, recogiendo la mayor cantidad de información posible sobre las diversas soluciones presentes en el mercado; desde este punto de vista, también puede resultar de ayuda consultar comparativas específicas de productos tecnológicos y para el hogar.
La tecnología de inducción, además de ser eficiente, también es mucho más práctica: la encimera de vitrocerámica es extremadamente fácil de limpiar; además, tiene un impacto estético apreciable, especialmente cuando se coloca dentro de cocinas modernas.
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