Adapta la tarifa a tus necesidades horarias
El mercado de la energía está constituido por numerosos operadores, que se distinguen por los planes de precios muy diferentes entre sí y por los servicios adicionales ofrecidos a sus clientes. Por lo tanto, antes de elegir la compañía eléctrica en la que confiar es fundamental evaluar el consumo de la propia vivienda y, en función de ello, evaluar el tipo de oferta más adaptado a sus necesidades entre las tarifas de luz fija o por franjas horarias mirando en un comparador de tarifas. Entre los elementos que deben tenerse en cuenta antes de suscribir el contrato de suministro, cabe señalar los siguientes:
1.- Tarifa única o variable: la diferencia entre las dos tarifas se refiere a la tipología de agregación de los consumos a los que se aplica el precio contractual para el cálculo del coste del componente de energía en factura. Precio de la energía por kWh: este es el elemento que más influye en la factura de la luz.
2.- Tipo de contrato: es un aspecto bastante relevante sobre el importe total a pagar al proveedor. El contrato puede ser a precio fijo – con coste de la materia prima bloqueada – o a precio actualizado trimestralmente según lo previsto por la Autoridad de Regulación.
3.- Modalidad de pago: Aunque la alternativa más común es el cargo en cuenta bancaria, algunas empresas energéticas ofrecen la posibilidad de utilizar también el circuito Paypal.
4.- Otros parámetros: algunas partidas que forman el importe de la factura, pero que son fijas para todos los operadores, son las cargas del sistema, los impuestos especiales, el transporte y la gestión del contador. Conforme a esta premisa, conviene evaluar concretamente el importe de los gastos para la electricidad de un hogar, tratando de comprender cuál es el contrato de electricidad más barato. La tarifa fija agrega el consumo en una sola banda, que no cambia en función del día de la semana o del horario de consumo. Quien se adhiere a esta tipología de plan de tarifas goza de un único precio aplicable a todos los consumos. Se trata de una alternativa práctica y que permite a los consumidores disfrutar de ventajas concretas en la factura, reduciendo sensiblemente los costes. La tarifa fija se adapta no sólo a aquellos que pasan mucho tiempo en casa, sino también a aquellos que tienen tiendas y oficinas o que tienen una segunda casa utilizada sólo en algunas épocas del año. Aunque ambos tipos de tarifas se adaptan a consumidores con hábitos y estilos de vida diferentes, la tarifa variable es un arma de doble filo, ya que es suficiente con unas horas de consumo «extra» para frustrar posibles estrategias de consumo. Una vez aclaradas las ventajas de la tarifa única, deben evaluarse las oportunidades ofrecidas por las empresas de suministro eléctrico.