La factura del gas es una de las muchas partidas de gastos que cada familia tiene que soportar. Saber cómo ahorrar gas equivale a reducir los costes y garantizar un importante ahorro en las facturas, pero sobre todo significa gestionar mejor los hábitos de consumo. No hay necesidad de andarse con rodeos: lo que pesa sobre la contaminación global son sobre todo los comportamientos que se adoptan. Repasar para qué se utiliza principalmente el gas es el primer paso para saber cómo se puede reducir su consumo.
Ahorro de gas: qué es lo que más consume
Los hogares consumen gas principalmente para tres fines: Calefacción durante el invierno, cocinar y obtener agua caliente sanitaria.
El aumento o la disminución del uso de gas no se debe únicamente al número de miembros de un hogar, sino sobre todo a los hábitos de consumo. La conducta de las personas afecta de manera decisiva: en igualdad de calderas y de miembros de una familia, de hecho, el consumo de gas puede diferir sensiblemente de una familia a otra. Pero entonces, ¿cómo ahorrar en la factura de gas?
Consumo de gas: qué afecta al coste de la factura del gas
Los parámetros que contribuyen a generar el consumo de gas son esencialmente cuatro: Zona geográfica de residencia, eficiencia del sistema de calefacción, superficie de la vivienda y aislamiento térmico.
Si antes hemos hablado de hábitos de consumo, subjetivos por definición, una mención aparte merece precisamente el primer punto. El lugar donde se vive representa, a todos los efectos, una variable fundamental para el consumo. De hecho, una familia residente en el norte consume una cantidad mayor de gas para calentar la vivienda, en comparación con una que vive en el sur y se beneficia de un clima más suave.
Al contrario de lo que ocurre con la electricidad, en cambio, el tipo de consumidor doméstico (residente o no residente) no influye en el coste final de la factura.
La elección de ahorrar en la factura de gas también pasa por el mercado objetivo. Las personas que confían en el mercado libre tienen una factura media de gas mucho más baja que los usuarios del mercado protegido y para ajustar aún más el precio del suministro es recomendable chequear un comparador tarifas gas.
Soluciones para ahorrar gas en casa
¿Cómo ahorrar en calefacción de gas natural? Después de tomar nota de los datos, ha llegado el momento de responder a la pregunta inicial. Saber cómo ahorrar en gas no es difícil, siempre que cumpla con algunos consejos simples. Hemos reunido 10 que permitirán contener los gastos generando un considerable ahorro de gas en beneficio de la factura y del medio ambiente.
1. Analizar a fondo las necesidades de su hogar
Antes de confiar en los demás, cuando sea posible, es mejor verificar las cosas de primera mano. De hecho, ¿quién dijo que nuestra casa es adecuada para el propósito que nos hemos propuesto? Ahorrar gas también significa verificar el estado de nuestra casa. Por ejemplo, si la instalación o las tuberías están obsoletas, la demanda de energía crecerá año tras año. Las infiltraciones en las paredes o en los accesorios pueden causar también malas pasadas. Por esta razón, tener una certificación del consumo de energía y la eficiencia de la comunidad le permite comprender si realmente puede ahorrar gas.
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Efectuar el mantenimiento periódico de calderas y radiadores
No solo las renovaciones de energía. Ahorrar gas también significa monitorear lo que ya está presente en la casa. Un sistema de calefacción que funciona mal aumenta el consumo. Como establece la ley, se debe realizar al menos un control anual y la limpieza de la caldera. Lo mismo se aplica a los radiadores. Su mantenimiento ordinario es necesario para eliminar las burbujas de aire, culpables de la reducción de la eficiencia del sistema de calefacción. Esto se debe hacer en verano, cuando los radiadores no se utilizan.
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Regular la temperatura de la caldera
Estrechamente relacionado con el punto anterior, la regulación de la temperatura de la caldera es indispensable para ahorrar en la factura de gas. Para sentirse bien en casa, no es necesario generar un clima tropical. En presencia de una instalación antigua, si se tiene la posibilidad de afrontar un gasto para proceder a su sustitución, se puede valorar la instalación de una caldera de condensación que trabaja mejor a bajas temperaturas, lo que se traduce en mejorar el ahorro en la factura de gas y el medio ambiente.
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Instalar válvulas termostáticas en radiadores
Volviendo a los radiadores, las válvulas termostáticas son especialmente valiosas. Estos dispositivos, que sustituyen a las válvulas manuales tradicionales, permiten mantener constante la temperatura actuando sobre la regulación de la cantidad de agua caliente. El precio de la instalación de una válvula termostática oscila entre 40 y 120 euros por radiador, dependiendo de los elementos que componen el radiador. Sus gastos disminuirán si las válvulas termostáticas se ajustan a los valores del 1 al 3.
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Sustituir las ventanas antiguas o proteger el aislamiento de su casa
Las puertas y ventanas también marcan la diferencia. Aplicar tiras adhesivas sobre ellas reduce sensiblemente la dispersión del calor, reduciendo las corrientes de aire de entrada. Si la situación económica lo permite, también se recomienda invertir en accesorios de alta conservación térmica, capaces de mejorar la comodidad del hogar, garantizando ahorros significativos en la factura.
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Utilizar bombas de calor
¿Todavía se pregunta cómo ahorrar en gas? Entonces no puede dejar de evaluar la instalación de bombas de calor. Estos instrumentos utilizan la energía renovable que se dispersa en el medio ambiente, utilizando electricidad o combustibles fósiles de una manera menor que las calderas tradicionales. La inversión inicial es importante, pero se amortiza en menos de diez años beneficiándose de las deducciones fiscales.
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Dotarse de una instalación solar térmica
Otra forma verde de ahorro de gas son las instalaciones solares térmicas, combinadas con una caldera tradicional, producen agua caliente incluso en los meses de invierno, lo que garantiza una reducción de los costes de las facturas. Su principio de funcionamiento es simple e innovador y cuentan con una garantía de 30 años.
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Comprobar las ofertas en el mercado
Ahorrar energía también significa saber comparar tarifas de gas. Un mercado competitivo favorece la reducción de costes. Por este motivo, controlar las ofertas y, en su caso, cambiar de compañía es una forma inteligente de optimizar los costes de la factura del gas.
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Beneficiarse de incentivos fiscales
Un grave error que no se debe cometer cuando se piensa en cómo ahorrar en gas, es descuidar las deducciones fiscales. El impacto de las bonificaciones es a medio y largo plazo y permite amortizar los gastos iniciales de instalación de instalaciones fotovoltaicas o solares. Para hacer una elección verdaderamente consciente, siempre es aconsejable verificar los incentivos ofrecidos en su comunidad autónoma.
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Contener el desperdicio de calor
Por último, están los pequeños detalles que realmente marcan la diferencia. Mantener la temperatura de la casa constante, evitar cubrir los radiadores, favorecer el intercambio de aire, etc… Son solo algunas precauciones para contener el desperdicio, que se traduce en el encarecimiento sistemático de las facturas de gas. Reducirlos significa cuidar de la economía familiar y del medio ambiente, contribuyendo también a reducir el impacto.