Cuando estamos en casa, disfrutamos de estar lo más cómodos posible. En los meses de invierno, el gas natural juega un papel importante al proporcionarnos calor para ayudarnos a pasar las bajas temperaturas. Sin embargo, tendemos a pensar que esto conducirá a un aumento en las facturas. Afortunadamente, hay muchas maneras fáciles de ahorrar en su recibo de gas, la mayoría de las cuales no harán una gran diferencia en su consumo o estilo de vida.
Razones por las que podría pagar más
Si cree que está pagando facturas que son desproporcionadas con respecto a sus gastos, probablemente tenga razón. Afortunadamente, puede descubrir la causa a tiempo para que pueda solucionarlo fácilmente. Por ejemplo, puede que pagues más porque tu vida ha cambiado y has aumentado tus gastos sin que te des cuenta. Y recuerda, con nosotros compara gas y encuentra la oferta que mejor se ajusta a tus necesidades.
Cambios invisibles que incrementan el consumo
Puede haber determinadas circunstancias y cambios en nuestros hábitos que hagan que nuestro consumo aumente sin quererlo, y si bien a priori usamos gas como siempre, nos conviene tener en cuenta lo siguiente:
Diferencias estacionales
Las diferencias de temperatura a lo largo del año pueden tener una gran repercusión en su recibo de gas, ya que los precios del gas en invierno no son igual que en verano.
Cambio de domicilio
Si cambias de casa y te mudas a una más antigua, incluso si usas gas natural como de costumbre, tu factura puede aumentar porque el nuevo edificio puede ser estructuralmente menos eficiente o no tener aislamiento asociado.
Variaciones en el estilo de vida
Si ha comenzado a compartir un apartamento o a teletrabajar desde su casa, es posible que note un aumento en su uso cotidiano de gas, simplemente porque pasa más tiempo en casa. Si este es el caso, consulte los siguientes consejos para remediarlo.
Sugerencias de ahorro en el recibo de gas
Abrígate y enciende menos la calefacción
¿Hace mucho frío o un poco de frío? Una excelente forma de ahorrar en la factura del gas es potenciar el uso de la calefacción. En resumen: no lo enciendas si realmente no lo necesitas. No lo suba para que pueda caminar en manga corta en otoño e invierno, intente usar ropa abrigada (manga larga, pantalones o pantuflas de invierno) y tenga mantas adicionales en sofás y camas.
¡No solo ahorra dinero, sino que también se sentirá más cómodo!
Aislar y sellar la casa del frío
El aislamiento idóneo en su hogar puede ayudarlo a mantenerse caliente en invierno y fresco en verano, y puede reducir su recibo de gas incluso al 50%. Revise los cierres y marcos de puertas y ventanas, y selle con silicona aislante cualquier espacio o grieta que pueda permitir que escape el calor y que entre aire frío.
Otra sugerencia es tratar de controlar el calor en las áreas de la casa que realmente necesitan calefacción, lo que se puede hacer cerrando las puertas en las habitaciones que no se usan con frecuencia, como baños, cocinas o pasillos. Esto evita que el sistema de calefacción trabaje demasiado para calentar un área más grande y ayuda a usar menos gas para calentar el dormitorio y la sala de estar y reducir sus facturas.
Date una ducha en lugar de un baño
Tomar una ducha corta en lugar de llenar toda la bañera no solo es bueno para el consumo de agua, sino también para el gas: al usar menos litros, el calentador también funciona menos tiempo. Como resultado, podrá consumir menos gas que si estuviera en la bañera o duchándose durante demasiado tiempo.
Restablecer el termostato
Ajustar el calentador de agua y el termostato de la calefacción central puede ahorrarle algunas facturas de gas, especialmente durante los meses de invierno. Al bajar ambos termostatos unos pocos grados, el sistema de calefacción no necesitará tanto gas para alcanzar la nueva configuración y no notará una gran diferencia en la temperatura del agua.
Si quieres ahorrar en la factura del gas a largo plazo, pero no quieres cambiar manualmente el termostato, otra opción es instalar uno programable. Así puedes programar tu calefacción para no consumir gas cuando no estás en casa o cuando sabes que no lo vas a necesitar.
Cierra el gas de vez en cuando
Una manera fácil de reducir su factura de gas es apagarlo cuando esté fuera de casa por un período de tiempo, como cuando esté fuera los fines de semana o durante las vacaciones. De esta forma, no se desperdicia gas al calentar agua que no se utilizará.
