La revolución industrial no sólo fue un punto de inflexión en el progreso, sino que también marcó el Día Cero en la contaminación del planeta causante de daños que son ya irreversibles, como han advertido los expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas.
La revolución digital ha sido el siguiente gran hito en nuestra historia y, en esta nueva ocasión, el impacto de nuestra huella ecológica está perjudicando la inaplazable lucha contra el calentamiento global y el cambio climático. Es un tremendo error pensar que el mundo virtual es irreal. Nada más lejos de la verdad.
Objetivo 1: Frenar el desarrollo insostenible
La actividad humana es la responsable directa del calentamiento y, a consecuencia de éste, el impacto negativo en la atmósfera, los océanos y la biosfera son evidentes. La responsabilidad de la acción humana parte de la Revolución Industrial con el aumento de la quema de combustibles fósiles y, sobre todo, la alta concentración de CO₂ que ha alterado el equilibrio de los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera gracias a los cuales el planeta es habitable. La permanencia de gases emitidos en la atmósfera no se puede detener y el efecto principal es el calentamiento de la temperatura global en 1,1º C en comparación al inicio de la industria, aunque algunas regiones del planeta ya acusan aumentos mayores. De no contener inmediatamente las emisiones, los expertos estiman que a final de este siglo la temperatura habrá aumentado más de 4º C, cuando la línea roja se sitúa por debajo de 1,5º C lo que actualmente no cumple ninguno de los países aunque la distribución es desigual. Los países más industrializados producen más emisiones y, por sectores, transporte, electricidad e industria suman tres cuartas partes del total de las emisiones.
La necesidad de reducir los combustibles fósiles de manera inminente es inaplazable y la mejor alternativa son las energías renovables, seguidas del fomento del almacenamiento, el impulso de las redes inteligentes, incrementar el uso del hidrógeno y de los biocombustibles ecológicos, implementar la movilidad eléctrica y la eficiencia energética. Frenar el desarrollo insostenible es un objetivo común que debería unir a la humanidad ante los graves peligros climáticos para la vida en el planeta que ya se traducen en el aumento de fenómenos extremos como olas de calor y precipitaciones intensas, así como la extinción de especies.
La conclusión final del Panel de Expertos es que los efectos del cambio climático ya son irreversibles y la única opción que está a nuestro alcance es adoptar las medidas para que la situación permanezca debajo de las líneas rojas que delimitan la seguridad recortando las emisiones globales.
Más información, más conciencia
El punto de partida para conocer el impacto de la huella ecológica en internet es comprender la estructura completa que es necesaria para que el mundo digital exista y funcione: un ciclo que empieza en los millones de centros de almacenamiento de datos para terminar llegando a tu móvil o portátil tras recorrer miles y miles de kilómetros por redes. Este ciclo supone el consumo de energía primaria del 4,2 % del planeta y su emisión de gases de efecto invernadero es del 3,8 % que al ritmo actual se duplicará en el 2025: a más personas usuarias, mayor consumo e impacto ecológico.
Más energía renovable
El consumo eléctrico en el mundo virtual se divide en las tres fases del ciclo: El 30 % del consumo corresponde a los centros de almacenamiento de datos, el 40 % a las redes de transporte y el 30 % es el que utilizan los dispositivos móviles de las personas usuarias. Este 30 % es el margen que tenemos los usuarios de internet para reducir el consumo contratando tarifas de luz 100% renovable y usando con inteligencia nuestros equipos. Por eso, visita nuestro comparador y compara tarifas de luz 100 % renovable.
Uso más responsable de tus dispositivos
Los teléfonos móviles, tablets, ordenadores y accesorios se fabrican con metales cuya extracción es cada vez más limitada y da origen a conflictos geopolíticos. Además, algunos de ellos son altamente contaminantes. Por ello, deberíamos plantearnos hábitos y valorar alternativas:
- Cuidar bien tus dispositivos puede prolongar su vida útil entre 5 y 7 años de media, logrando de esta manera reducir el volumen de móviles y ordenadores.
- Dale una segunda oportunidad: Reutilizar los dispositivos es una opción cada vez más aceptada. Comprar equipos reacondicionados tiene las mismas garantías por la mitad de precio.
- Recicla tus residuos electrónicos: se reduce hasta el 80 % del impacto ecológico y, además, puedes ganar un poco de dinero.
- Recupera el almacenamiento de datos vintage: utiliza los discos duros externos y los clásicos pendrives para liberar el almacenamiento online, recuerda que los centros de datos consumen un tercio de la energía del mundo digital.
- Carga y desconecta: un uso innecesario que encarece inútilmente tu factura de luz es tener el móvil o portátil conectado al cargador cuando la batería ya está completa. Desenchufarlos de la toma de corriente supone ahorrar una media de 98 kWh de electricidad, unos 12 euros de gasto por ser responsable en el cambio a un mundo digital más verde.
Recuerda siempre que la contaminación en el mundo digital es una realidad que se puede evitar con la fórmula: conciencia + energía renovable + uso responsable de tus dispositivos.