La Agenda de Desarrollo 2030 de Naciones Unidas fija para ese año alcanzar el séptimo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): “Garantizar el acceso universal a los servicios de energía asequibles, modernos y confiables”. Sin embargo, la irrupción de la pandemia en el calendario ha frustrado toda expectativa de conseguirlo hasta el punto de considerarlo inalcanzable tal y como apuntan las conclusiones de varios estudios. Entre ellos, el último Informe publicado por Médicos del Mundo cuantifica que hay 759 millones de personas en el mundo sin acceso a la electricidad lo que representa la tercera parte de la población actual.
La pobreza energética ha surgido como el nuevo factor de exclusión social y en España afecta ya a 6´8 millones de hogares, según el mismo Informe. Los principales perjudicados son las personas con perfil de vulnerabilidad severa como las personas ancianas, migrantes y familias afectadas por el paro. Con la crisis sanitaria, el número de hogares españoles con todos sus integrantes en situación de desempleo es el doble que en 2018. También se ha duplicado la cifra de hogares a cargo de mujeres en situación de exclusión social, conforme al estudio publicado en enero de 2022 por la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) y Cáritas, lo que supone un retroceso en materia de igualdad de género.
El estudio de FOESSA indica igualmente que la desconexión digital afecta a 1,8 millones de hogares de forma habitual. Esta situación de apagón digital implica para quien la padece estar desconectado socialmente y dificulta la realización de trámites públicos y privados lo que incrementa la desigualdad social.
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La pobreza energética, según constatan estos estudios, afecta a la salud física y psicológica, mientras que las cifras de mortalidad por la falta de acceso a los suministros básicos de energía se calculan en España en torno a los 7.000 decesos al año por la Asociación de Ciencias Ambientales, cifra muy superior a la de víctimas en carretera que fueron 1.370 el año pasado según la información de la Dirección General de Tráfico. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud estimaba en más de 38.000 al año las muertes ligadas a la pobreza energética en Europa. La falta de acceso a la luz y el gas impide el uso de calefacción durante el frío y la sustitución por estufas y fuentes de combustión como el carbón y la leña, incrementando el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares y respiratorias, como el asma y la gripe, a las personas que sufren la carencia de suministros de energía.
La subida de la luz a un ritmo imparable afecta de manera directa a los hogares acogidos a la tarifa PVPC del mercado regulado y entre ellos, por tanto, al sector de población más vulnerable y en riesgo de exclusión social beneficiario de los recursos sociales en materia de energía, como los bonos sociales de electricidad y los bonos térmicos para la calefacción a los que únicamente pueden acceder las personas que cumplan los requisitos establecidos legalmente, estén adheridos al precio protegido y tengan una potencia eléctrica inferior a 10 kWh. Tarífalo te ofrece toda la información necesaria para tramitar estas ayudas y, en el caso de no cumplir alguno de los requisitos, encontrarás los precios más bajos de luz en nuestro comparador de tarifas.
