Reducir el consumo de gas y luz es posible

Conseguir reducir el consumo de gas es posible, basta con poner en marcha una serie de operaciones y pequeños arreglos en la rutina diaria. Por supuesto, lo primero que hay que hacer es limitar el desperdicio, combinando aspectos técnicos como los relativos a la caldera y al uso de las válvulas termostáticas con otros como el control de los marcos o incluso la forma en que se efectúa el cambio de aire. El gas se utiliza para la calefacción, por lo que es sin duda el principal responsable de los consumos relacionados con la casa. Mejorar el aislamiento térmico y moderar la temperatura en el interior de las habitaciones son opciones válidas a las que es justo recurrir para regular el consumo, incidiendo en positivo en el balance familiar. Para entender cómo ahorrar en la factura del gas será útil centrarse en lo que está pagando por cada metro cúbico utilizado: de esta manera se puede medir el grado de eficiencia energética de la casa y además entender qué márgenes de ahorro hay todavía. Es evidente que la elección de la empresa también tendrá un impacto significativo: hoy en el mercado es posible encontrar una multitud de ofertas, por lo que será útil comparar rápidamente las tarifas del gas gracias al comparador luz y gas.

Además de descubrir por la comparación de tarifas de gas cuál es la solución más barata, confiando en las profesionales del equipo se podrá activar la mejor clientela tanto doméstica como empresarial. Recalificación energética, comprobación de los marcos y válvulas de los radiadores. Volviendo a las medidas de recalificación energética, útiles para reducir el consumo de gas, la referencia es en particular a las relativas a la caldera. La instalación más eficaz es la de condensación, mejor si se combina con paneles radiantes. Es indispensable saber gestionar las válvulas termostáticas sobre los radiadores: permiten regular el gas, evitando el desperdicio y limitando el calor excesivo además del fuera de horario. Una instalación en mal estado consume más gas, por lo que es evidente la necesidad de mantenimiento regular. Durante el día, la temperatura podrá oscilar entre 19 y 21 grados, mientras que por la noche se reduce a 18 (incluso un solo grado más en el largo plazo hace la diferencia). También será útil hacer un control de las ventanas, ya que pueden ocultar otra fuente de desperdicio muy importante. En efecto, si son antiguos y poco eficientes, pueden producirse pérdidas de calor que multiplicarán el consumo de gas en el hogar. Podrán sustituirse por soportes más modernos y de última generación o se podrá optar por los tradicionales parachoques. Entre las fuentes de despilfarro, también se corregirá una práctica generalizada que se refiere a la utilización del radiador. No es aconsejable poner nada encima, por ejemplo paños a secar, con la finalidad de que no se disperse el gas y el calor.